Llamados al amor  | La sed del corazón 

LA SED DEL CORAZÓN: AMAR Y SER AMADOS 

Toda persona ha sido creada para amar y ser amada, desde el Corazón Misericordioso de Dios. Todo ser humano, desde su concepción, está llamado al Amor, tiene en su corazón un profundo y arraigado deseo de Dios, que es el Amor, tiene sed de Dios. Esto nos lo confirma el Catecismo Universal de nuestra Iglesia al decirnos:

 “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios, y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar” (CIC.27)

Este es el deseo, la vocación más radical y auténtica del ser humano, grabada por Dios en lo más profundo de nuestro corazón. Estamos llamados a descubrir este deseo y a madurarlo para hacerlo vida día a día. La vivencia de este deseo y esta vocación da lugar a la paz, la alegría y la esperanza.

Es decir, todo ser humano ha sido creado por la mano amorosa de Dios, ha nacido del corazón de Dios, por tanto, del Amor. Ha sido creado “en el Amor, por el Amor ya para el Amor”. Y, como nos decía ya San Agustín: “nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Dios”. Por lo tanto, podemos decir que todos estamos sedientos de este Amor, pues hemos sido creados por Él y para Él.

Esta sed de nuestro corazón nos lleva a descubrir algo hermoso que nos engrandece y dignifica: La sed de Dios por cada uno de nosotros: La sed de nuestro amor hacia Él. Esta sed de Dios ha sido manifestada en el gemido de Jesús en la Cruz (“Tengo Sed” Jn 19,28), y expresa directamente el misterio de Amor apasionado de Dios por los hombres, pues “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo” (Jn 3,16).

Por lo tanto, cuando hablamos de “sed de Dios” hemos de contemplar estas dos realidades: una, en la que Dios se nos da; y la otra, en la que Dios, dándose, nos espera y acoge. Una indica la sed que Dios tiene por el hombre, y la otra indica la sed que el hombre tiene de Dios. Entendiendo antes que Dios “nos primerea en el Amor”, como nos dice nuestro querido Papa Francisco en la Encíclica Evangelii Gaudium. 

En este sentido, podemos decir que la sed misericordiosa de Dios por el hombre causa la sed del hombre por recibir la misericordia de Dios. En palabras de San Gregorio Nacianceno, Padre de la Iglesia: “Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Dios”.

Desde aquí podemos entender que la sed de Dios y de felicidad están inscritas en el corazón del hombre desde el inicio de los tiempos, porque siempre permanece en lo más profundo de su corazón la nostalgia de la verdad absoluta y la sed de alcanzar la plenitud de su conocimiento. Es una sed de infinito, una nostalgia de eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de Amor, una necesidad de luz y de verdad. Es decir, el ser humano está sediento de una vida plena y de una vida libre, pues a eso ha sido llamado. “Sí, el hombre ha sido creado por Dios, para Dios, y Él no deja de atraerlo. Solo en Dios hallará el hombre la verdad y la felicidad que busca febrilmente” (Cardenal Sarah, Dios o nada, p. 255).

Esto nos lo expresa también nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI al decir:

“La sed de infinito está presente en el hombre de tal manera que no se puede extirpar. El hombre ha sido creado para relacionarse con Dios y tiene necesidad de Él” (Discurso en Alemania, 2011).

Todo esto nos revela que esta sed del corazón no será saciada con nada inferior al Amor de Dios. Contrariamente a lo que sostiene nuestra sociedad actual, nuestra sed no puede ser saciada a través de la cultura hedonista, consumista y materialista, al contrario, lo que éstas ofrecen tan sólo ahogan el corazón y aumentan la sed. Pues ningún bien creado satura el deseo de plenitud radical del hombre. El hombre es llamado, como hijo, a la unión de amor con Dios, por el camino del amor. Como nos recordaba fuertemente nuestro amado Papa San Juan Pablo II en el año 2000:

“Es a Jesús a quién buscáis cuando soñáis con la felicidad: Él es quien os espera cuando no encontráis nada que os sacie; Él es la belleza por la que os sentís tan atraídos. Él es quien os lee en el corazón las decisiones más auténticas que otros querrían sofocar” (Jornada Mundial de la Juventud, Vigilia de Oración en Tor Vergata, 19 de agosto de 2000)

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LA BELLEZA DE LA VERDAD

AMOR EN ACCIÓN

«Hoy veo mucha parte de mi pasado como historia de salvación, vivo la gracia y la libertad en el presente en la medida que salgo de mi misma y me entrego a Dios, esposo, hijos, hermanos…y tengo mucha esperanza en el futuro precisamente por ser cada vez más consciente de mi fragilidad» Ruth 

«Literalmente creo que experimenté el infierno de sentirse aislado, desconectado, bloqueado e impotente por no saber hacia dónde tirar ni como ser un poco feliz. El vacío, la experiencia de aniquilación, la percepción de no ser, era bestial. Del falso yo pasé a gritarle al Señor pidiéndole ayuda. Fue mi primer confidente: le expresé mi necesidad con todo mi ser, le fritaba interiormente y lloraba…. Y así mis necesidades resurgieron como importantes ni más ni menos que para Dios: me sentía amado. Sin duda esta relación ha sido la base de mi itinerario» Moisés 

«Crecer en confianza en Dios, ponerme en sus manos ante lo incierto, entregar todo, ha sido lo que más me ha ayudado. Creo que es por ahí» Verónica 

REMAR MAR ADENTRO

Citas

“La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador”

Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 19,1

“Dios ha plasmado sabiamente nuestra naturaleza humana de tal forma que, siempre y en todo lugar, el deseo ardiente de nuestro espíritu y nuestro corazón tiende al infinito, a lo eterno, y no encuentra su sosiego más que en Él”.

Baur, B., En la intimidad con Dios, p.15

Libros recomendados

 

Citas

 

“Nosotros creemos que todas las adicciones y toda recuperación de las adicciones provienen del profundo anhelo de sentir que pertenecemos”  

Pertenecer, lazos entre la sanación y la recuperación, Dennis Linn, Sheila Linn, Matthew Linn

 

“La persona es un ser único e irrepetible; por tanto, un don para el mundo, porque fue creado a imagen y semejanza de Dios, quien es el Ser por excelencia, es el Ser supremo. Es un Ser de amor, de entrega, de donación, y amistad; que comparte su “ser de amor” con el ser humano. Éste es invitado a vivir el amor y la comunión como la Santísima Trinidad. Al haber sido creada persona humana, participa de la misma Vida de Dios”  

Afectividad y sexualidad en la vida cotidiana, Humberto del Castillo Drago,  p. 13

Libros recomendados

 

  

 

Citas

“La persona humana ha sido creada por Dios, amada y salvada en Jesucristo, y se realiza entretejiendo múltiples relaciones de amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo. El actuar humano, cuando tiende a promover la dignidad y la vocación integral de la persona, la calidad de sus condiciones de existencia, el encuentro y la solidaridad de los pueblos y de las Naciones, es conforme al designio de Dios, que no deja nunca de mostrar su Amor y su Providencia para con sus hijos.”  

Compendio Doctrina Social de la Iglesia.35

“El amor debe estar presente y penetrar todas las relaciones sociales… La semejanza con Dios revela que la esencia y la existencia del hombre están constitutivamente relacionadas con Él del modo más profundo.205 Es una relación que existe por sí misma y no llega, por tanto, en un segundo momento ni se añade desde fuera. Toda la vida del hombre es una pregunta y una búsqueda de Dios. Esta relación con Dios puede ser ignorada, olvidada o removida, pero jamás puede ser eliminada. Entre todas las criaturas del mundo visible, en efecto, sólo el hombre es « “capaz” de Dios » (« homo est Dei capax ».  La persona humana es un ser personal creado por Dios para la relación con Él, que sólo en esta relación puede vivir y expresarse, y que tiende naturalmente hacia Él”.  

Compendio Doctrina Social de la Iglesia.109

Libro recomendado

 

Citas

“Para mí la sed de Jesús es tan íntimo… Tengo sed es algo mucho más profundo que cuando Jesús sólo dice: “os amo”. Hasta que no sepáis profundamente en vuestro interior que Jesús tiene sed de vosotros no podéis empezar a saber quién quiere ser Él para vosotros”  

Santa Teresa de Calcuta, Carta de Varanasi,1993

 

 

 

“Tengo sed” Dijo Jesús en la cruz cuando fue privado de todo consuelo, muriendo en la Pobreza absoluta, abandonado, despreciado y roto en cuerpo y alma. Él habló de su Sed –no de agua- sino de amor, de sacrificio. Jesús es Dios: por tanto, Su amor, Su sed es infinita. Nuestro objetivo es saciar esta sed infinita de un Dios hecho hombre”  

Santa Teresa de Calcuta, 1949

“Jesús quiere que les diga de nuevo cuánto es el amor que Él tiene por cada uno de vosotros –más allá de lo que os podáis imaginar. Él no sólo os ama, aún más, anhela por vosotros. Él os echa de menos cuando no os acercáis a Él. Tiene sed de vosotros. Él siempre os ama, incluso cuando no os sentís dignos.  

Santa Teresa de Calcuta, Carta de Varanasi,1993

“Hasta que puedan oír a Jesús en el silencio de sus propios corazones, no podrán oírle decir “tengo sed” en los corazones de los pobres. Jesús mismo debe ser quien te diga a ti “tengo sed”.  

Santa Teresa de Calcuta, Carta de Varanasi,1993

“Contemplad a Jesús clavado en la cruz, agonizante, y escuchad su voz, apenas perceptible: “Tengo sed”. Hoy Cristo repite su petición y revive los tormentos de su agonía en nuestros hermanos los más pobres”  

San Juan Pablo II, Mensaje para la cuaresma de 1993

“Si, me doy cuenta, más que nunca, de que Jesús está sediento”  

Santa Teresa de Lisieux, Manuscrito B

 

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