Corazón herido  | Manifestaciones de la herida

PERSONALIDAD HERIDA-INMADURA

Cuando una persona es herida desde las relaciones fundantes y fundamentales, esa herida es una profunda herida de desamor que afecta a todas las dimensiones de la persona. La persona es una unidad de cuerpo, alma y espíritu. Cuando alguna de estas dimensiones ha sido herida, las demás le siguen, pues somos unidad. Se puede manifestar de diversas formas:  

  1. Personalidad inmadura. (Masculinidad-feminidad inmadura) 
  2. Personalidad falsa o perversa. (Masculinidad-feminidad falsa o perversa) 
  3. Proyección hacia personas del mismo sexo (PMS)  
  4. Desidentificación con mi verdadera identidad sexual (DIS)  

 

  Por tanto, la persona está herida en su cuerpo, en su alma y en su espíritu. Es una herida que afecta a todo el ser, al “yo” de la persona y, por tanto, a su identidad sexual. Esto supone que la herida afecta a la masculinidad y a la feminidad, provocando una feminidad y una masculinidad inmadura, que no ha madurado en el seno de unas relaciones fundantes responsables y sanas que hayan podido ser referente de masculinidad y feminidad.  

Cuando la masculinidad o la feminidad permanecen inmaduras, toda la persona es inmadura, ya que la masculinidad o la feminidad son para la identidad personal lo que la varilla de hierro es al edificio. Es decir, todo nuestro ser está llamado a ser masculino o femenino en todas sus dimensiones, pues la masculinidad o la feminidad son innatas al varón y a la mujer, respectivamente. Si permanecen “estancadas” debido a las heridas, esa persona adoptara una personalidad inmadura. 

En este sentido, podemos decir que existen muchos rostros de personalidad masculina o femenina inmaduras, desde la personalidad promiscua, la personalidad violenta o maltratadora, la personalidad incapaz de expresar los sentimientos, la personalidad perversa etc. Entre estos rostros de personalidad masculina inmadura encontramos la Proyección al Mismo Sexo (PMS) que, como vemos, no es el único.   

La PMS es una manifestación, entre otras, de la masculinidad o la feminidad inmadura. Es decir, cuando un varón siente proyección hacia otro varón es porque ha habido un problema de inmadurez en su masculinidad, probablemente, desde la relación herida con su padre, su referente principal de masculinidad. Lo mismo podemos decir de la mujer en relación con su madre.  

     Cuando esta desidentificación con la figura del padre, en el caso del varón, es tan grande y el vínculo con la madre tan fuerte y posesivo, en el niño puede producirse un trastorno de identidad sexual o una desidentificación con su verdadera identidad sexual. Esto es una manifestación más de la profunda herida que se produce en las primeras relaciones de apego y vínculo. 

 Por tanto, para abordar correctamente estas heridas habrá que realizar todo un itinerario de aprendizaje de la masculinidad y la feminidad, que nos ayude a madurar y forjar una personalidad masculina o femenina maduras, con capacidad de afrontar y acoger todas las características propias de una verdadera masculinidad y una verdadera feminidad.  

 

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 «Creo que la no aceptación de mi cuerpo me impide relacionarme con los demás con naturalidad, sin sentirme menos, me hace desconfiar de mí mismo y ponerme muchas veces nervioso, bloquearme y no ser natural y espontáneo como lo soy cuando me siento seguro de mí mismo» Luis 

«Creo que internamente no me creo merecedor de paz y hasta de sanar. O tal vez es que sea lo único que conozco, este dolor, esa incomodidad siempre ha estado fuertemente ligada a mí, ese sufrimiento melancólico atado a una fuerte adicción a él» 

Yangman 

«Mi falso yo hasta los 20 años fue ser impenetrable emocionalmente, manifestar exteriormente que todo iba bien y que no necesitaba de nadie, que yo todo lo podía superar por mi cuenta»  

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«Pensamos que encontraremos la libertad intentando llegar más allá de nuestras posibilidades. No contentos con practicar el alpinismo «normal», nos lanzamos al alpinismo «de riesgo», hasta el día en que vamos demasiado lejos y la emocionante aventura se ve truncada por una caída mortal.» 

La libertad interior 

 

 

«Porque, si somos violentos, es porque somos vulnerables. La violencia es la respuesta de nuestro corazón herido: la incomprensión, el rechazo, la falta de amor. 
Cuando somos mal amados, rechazados, la herida se abre, nos duele, y entonces desplegamos nuestro sistema defensivo»

La fuente de las lágrimas 

 

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