Llamados al amor  | Testigos

LA VOCACIÓN MÁS HERMOSA: LLAMADOS AL AMOR

Nuestra más radical y hermosa identidad es haber sido creados a imagen y semejanza de Dios Trinidad (Comunión-Solidaridad), vocacionados a ser presencia. Por ello, hemos sido creados para amar y ser amados, como varones y mujeres, para poder vivir este misterio de amor desde un amor de comunión y de donación, de esponsalidad. Así nos lo dice el Catecismo universal de la Iglesia Católica: 

“Dios ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, que es Amor.” (CIC. 1604) 

Este Amor de Comunión y Donación entre varón y mujer es acogido y vivido en el matrimonio y la familia, como hogar, escuela y taller en el que ir creciendo, viviendo y madurando en este amor. 

El Amor de Comunión, Donación y Solidaridad es siempre fecundo por lo que, si es verdadero, irá saliendo de los márgenes de la propia familia para ir constituyendo y viviendo la “Familia de familias”, es decir, la fraternidad, el hogar de todos los que buscan vivir este amor. Fraternidad en la que los más pobres, necesitados y sufrientes estarán en el corazón de todos como rostros vivos de Cristo sufriente entre nosotros. 

En este hermoso marco, iremos descubriendo y profundizando en la Verdad, la Bondad y la Belleza de la Masculinidad y de la Feminidad, como don para el Amor de Comunión, Donación y Solidaridad. “Somos” varones con masculinidad y mujeres con feminidad y sólo desde ahí podemos amar de verdad.  

Esta llamada al Amor, a través de la reciprocidad varón-mujer, es algo que nos ha recordado siempre nuestra Madre, la Santa Iglesia Católica, especialmente a través del Magisterio de los últimos años. Como nos decía ya nuestro querido Papa San Juan Pablo II en 1983: 

“El cuerpo que expresa la feminidad “para” la masculinidad, y viceversa, la masculinidad “para” la feminidad, manifiesta la reciprocidad y la comunión de personas. La expresa a través del don como característica fundamental de la existencia personal”  

(Orientaciones educativas sobre el Amor Humano, Congregación para la educación católica, 1983)   

Es por ello por lo que el don se convierte en tarea, en responsabilidad: Madurar en el amor y para el amor el don de la Masculinidad y la Feminidad para poder amar de verdad. Esta es la entusiasmante y hermosa tarea que tenemos entre manos y que queremos vivir en esta página. Porque sólo desde un corazón que ama se puede construir un mundo nuevo en el que el amor sea el corazón.  

 

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LA BELLEZA DE LA VERDAD

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